México, 8 oct (Prensa Latina) El inicio de un diálogo entre los gobiernos de México y Estados Unidos que encabezará hoy el presidente Andrés Manuel López Obrador genera expectativas por criterios diferentes sobre el tratamiento a la migración.
Ese será el tema principal del encuentro con la delegación del vecino país dirigida por el secretario de Estado, Antony Blinken, y la mexicana que conducirá el canciller Marcelo Ebrard una vez que comience la ronda de trabajo después de la visita al Palacio Nacional.
México apuesta por una cooperación entre ambos gobiernos destinada a impulsar inversiones para el desarrollo económico y bienestar social tomando como modelo dos programas que el presidente López Obrador aplica con éxito en el sur del país.
El principal de ellos es el de reforestación de esa zona con cientos de miles de árboles frutales y maderables que da empleo a decenas de miles de campesinos y garantizan un ingreso estable y digno que no hace necesaria la migración de sus beneficiados.
Un segundo programa, no menos importante, es el de emplear aprendices de oficios al cual se le denomina Jóvenes sembrando el futuro pues a la vez que aprenden un oficio se les da una subvención adecuada para sufragar sus necesidades sin afectar la economía familiar ni tener que buscar dinero por vías ilícitas.
México aspira a que Washington adopte ambos planes con una inversión importante en Guatemala, Honduras, El Salvador y el sur mexicano, considerados los mayores centros de emisión de migrantes hacia Estados Unidos.
Dichos programas serían complementados con compromisos de Washington de otorgar visas temporales a los beneficiados para que trabajen en la época de cosechas en Estados Unidos y en un futuro puedan aspirar a visas permanentes de trabajo.
El gobierno de Joe Biden no tiene una postura totalmente transparente al respecto, aunque ha dicho que se debe buscar una solución al éxodo ajena a las que hasta ahora han prevalecido, pero sin descartar métodos coercitivos, a los cuales se opone México.
Uno de los puntos de desencuentro es precisamente el relacionado con el Plan Mérida el cual es básicamente militar y represivo y aporta al ejército de México armas y helicópteros artillados que López Obrador personalmente rechaza.
Sin embargo, informaciones procedentes de Estados Unidos señalan que ayer en un evento público, a solo unas horas del inicio del diálogo, Biden hizo referencia a la necesidad de reactivar y actualizar el Plan Mérida con un nuevo acuerdo de seguridad los que implica, según observadores, un ingrediente militar no aceptado por México para la solución del éxodo centroamericano.
Según fuentes estadounidenses, ese nuevo acuerdo, del que no se había hablado abiertamente, será uno de los puntos principales de las discusiones que presentarán los visitantes a los anfitriones.
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